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POST IMPRESIÓN

TRATAMIENTOS

GUÍA DE TRATAMIENTOS

Encuentra la mejor terminación para tu pieza

Los tratamientos superficiales post-impresión que podemos llevar a cabo sobre una pieza ya impresa son múltiples, cada uno con sus ventajas y desventajas.

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La justificación de estos tratamientos esta en el hecho de que, por muy buenos que sean los resultados obtenidos en la impresión de una pieza, siempre es posible que deseemos alcanzar acabados aún mejores y con un toque de calidad que vaya más allá de las posibilidades que ofrece la tecnología de impresión 3D que estemos utilizando. Otras veces simplemente buscamos una mayor personalización que nos diferencie de otros o, incluso, simplemente, algo tan sencillo como reparar, o al menos disimular, los pequeños defectos que hayan podido producirse durante una impresión.

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Con estos tratamientos buscaremos eliminar las rebabas y los restos de material no deseado que puedan haberse depositado en la pieza, así como suavizar los acabados superficiales que resulten demasiado ásperos o rugosos. 

 

En otras situaciones, con estos procedimientos lo que se busca es mejorar la calidad dimensional de la pieza, en especial, de aquellas partes que requieran de unos ajustes más precisos. 

 

Hay que tener en cuenta que en este tipo de tratamientos se produce, en mayor o menor medida, una eliminación de material en nuestra pieza, algo que puede afectar a la calidad dimensional de la misma. Por otra parte, si ya se prevé que será inevitable la aplicación del tratamiento, este efecto puede ser minimizado teniéndolo en cuenta ya desde el propio proceso de preparación del modelo 3D, sobredimensionando ligeramente las partes que se consideren necesarias.

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Procedimientos Manuales Básicos

 

Para realizar el proceso de manera manual pueden emplearse cuchillas, espátulas, lijas, limas, minipulidoras, etc. y todos aquellos útiles que puedan considerarse válidos en un momento dado.

Los resultados obtenidos dependen, en gran medida, de la destreza y experiencia de la persona que aplica el procedimiento, pero en la mayoría de los casos bastará para conseguir un resultado satisfactorio.

Granallados

 

Es un proceso que consiste en someter a las piezas a un chorro de pequeños trocitos de material, el cual se dispara mediante una pistola manual que funciona con aire a presión. En nuestro caso, suelen ser pequeños trocitos de termoplásticos triturados (reciclados, por ejemplo, de impresiones desestimadas) de una dureza similar o ligeramente superior a la del material de la pieza.

Arenados

 

Otra posibilidad, siempre en función del material de la pieza, es la utilización de pequeñas bolitas o microperlas de vidrio (“bead blasting”), bicarbonato de sodio (“soda blasting”) o arenas especiales de diferente granularidad y abrasividad, en cuyo caso el proceso se denomina directamente como arenado (“sand blasting”). En estos últimos casos, los acabados suelen ser mates.

Mecanizados

 

Otros posibles tratamientos mecánicos son todos aquellos que resultan análogos a los que se realizan en los procesos de fabricación por mecanizado o eliminación de material (taladrados, torneados, fresados, etc.). Se aplican en especial cuando las piezas impresas son fundamentalmente metálicas.

En el caso de los termoplásticos, apenas se aplican los mecanizados, ya que el calentamiento que originan provoca la fusión del material así como posibles deformaciones.

Se pueden realizar algunas operaciones con piezas de ABS, nylon y termoplásticos que tengan un punto de fusión suficientemente elevado. En la mayoría de los casos el procedimiento se limitará a utilizar un taladro a baja velocidad con el que repasar y mejorar la calidad dimensional de las perforaciones cilíndricas ya obtenidas durante el propio proceso de impresión. 

Pulido Con abrasivos

 

Este tratamiento consiste en el pulido por inmersión de la pieza en un material abrasivo colocado en un recipiente vibratorio o rotatorio. El roce de estos con la pieza va desgastando y/o compactando progresivamente toda la superficie de la misma en un efecto similar al granallado.

 

 

La desventaja de este tratamiento es que el granallado permite localizar la aplicación del mismo, mientras que ahora el tratamiento se aplica a toda la pieza de un modo bastante homogeneo en todas sus superficies expuestas. Por el contrario, el granallado tiene como desventaja que requiere de un espacio cerrado y protegido para evitar que las partículas del chorro escapen al ambiente o puedan impactar contra el usuario.

 

 

En cualquier caso, tanto el granallado como el pulido por inmersión son tratamientos que pueden resultar muy agresivos. Por ello, las zonas sobre las que no interesa aplicar cualquiera de los tratamientos anteriores, como pueden ser las esquinas (para evitar su redondeo) o los pequeños detalles (para evitar la pérdida de definición) suelen ser encintadas previamente.

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